viernes, 18 de octubre de 2013

Cuenta la leyenda...



Algunos se lo esperan, otros lo descubren. Algunos lo sienten a leguas, otros se dan cuenta con el tiempo. A veces, en el primer instante, otras pasados estos. Por ello, cuenta la leyenda que cuando averiguas ese mecanismo escondido que te hace renacer, es que te hallas ante esa persona. Ese ser mágico que dicen que es capaz de curar tus más profundas heridas y por el cual estarías dispuesto a abandonarlo todo, hasta tu cuerpo si fuese necesario. Aquel con el que deseas unirte tanto físicamente, mentalmente y espiritualmente. Ese ente real al que ansias explorar todos los rincones de su existencia para conocerle desde dentro hacia fuera, y desde fuera hacia dentro. Conocer sus heridas, sus cicatrices, sus miedos, sus alegrías, sus pensamientos más profundos e incluso sus ideas. Y también, su alma, su esperanza, sus gustos, sus manías, sus deseos y sus caprichos. Su filosofía de vida y sus recuerdos. Su pasado, presente y futuro. 

Hace unos meses, bueno más exactamente hace un año me crucé con esa persona. Sí, estaba en mi vida pero apenas me había parado detenidamente a comprender todo lo que tenía delante de mí. Obcecada en viejos recuerdos y fantasmas del pasado, con una venda en los ojos me impedí ver que realmente allí estaba mi cura. Pasaron los meses, y hace unos cuantos me di cuenta al fin. De que no era una leyenda, la historia que me habían contado, si  que era cierta. Lo estaba experimentando. Esa persona existía, esa persona me curó y aún en día sigue curándome de otros males, y si pudiera, sería capaz de dejarlo todo por poder dormir a su lado noche tras noches.

Me he convertido en exploradora eficaz de su cuerpo, pero también de parte de su alma. Aún no le conozco, digamos que solo acaba de empezar el juego. Pero, estoy deseando pasarme el tiempo de mi vida conociéndole, conociéndote. Descubriendo todos los recodos de su ser me siento feliz, pero también incompleta cuando no puedo hacerlo o la distancia que no es separa es mayor de lo que me gustaría. 

Algunos como yo, nos dimos cuenta con el lento correr de las horas. Otros como él, supieron ver en el momento lo que querían. Yo no pude verle entre la multitud, pero él miró y solo me observó a mí. Dicen que las leyendas están formadas por parte de algo real, él es esa parte. No sé como lo hizo, pero accionó ese mecanismo que me hizo renacer y volver a ser yo misma pero en versión mejorada. Es tan mágico que su mirada me abruma y su sonrisa me enamora. Creo, que estoy tan unida a él, que por eso le siento tan cerca a pesar de que esté tan lejos. Y ante todo, fue mi cura, mi salvación, mi héroe. Él me hizo sentirme orgullosa de mí y recordar lo bonita que estaba cuando una sonrisa se dibujaba en mí.

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