domingo, 26 de febrero de 2012

27 de Febrero.

27 de Febrero de 2010. Mañana hacen dos años que abandonaste el mundo de los vivos y la vida material para trasladarte allá donde viven los que ya no viven: el cielo. ¿Se vivirá bien en el cielo?. Espero que sí, porque alguien como tú no podría vivir en cualquier otro lugar que no fuera el mejor de todos. Quizás no hablamos demasiado, no eras muy cariñoso en ocasiones o incluso me pegarías alguna vez con tu bastón...pero a pesar de todo conseguiste ganarte el cariño de tu segunda bisnieta y ante todo un sitio en su memoria y en su corazón. Nunca nadie me hizo llorar así.

La verdad he de admitir que nunca me había dado cuenta de lo que importante que eras para mí hasta que te marchaste ya casi dos años. Verte...ahí, con el cuerpo inerte y frío, y el besarte la mano y saber que ya nunca volvería a ver tu mirada cansada pero orgullosa de los suyos, me dí cuenta de algo: el único abuelo que sin serlo había conseguido serlo se había marchado para siempre. Genial. ¿Y ahora qué?. Nada. Cada vez que voy a tu casa, la encuentro vacía, fría y muerta, sí, aún sigue la abuela, pero...ella no es como tú, ella no recuerda bien quien soy y me confunde. En cambio tú me reconocías, tú sabías quien era, tú me reñías, pegabas y me ordenabas lo que tenía que hacer. Decías que era la sargento y la jefa de todos los demás primos y que ellos me hacían caso...y vaya...que si era verdad!. 

Don Simón Hernández hombre grande entre los pobres y los ricos. Hombre sabio e inteligente. Cabeza de familia y repartidor de felicidad todos los días de su vida. Yo creo que si cada tiempo debe haber un hombre bueno en la tierra, a ti te tocó ser uno de esos. Tú fuiste grande sin pretender serlo y es en esas ocasiones cuando un hombre se convierte en memorable de verdad.

Gracias por darnos felicidad a mí durante 15 años ya otros durante toda su vida. Gracias por tu existencia de 86 años en la tierra. Gracias por darnos amor y paz. Gracias por cuidar de nosotros pero ante todo: Gracias por ayudarnos a ser quienes somos: tu familia.

sábado, 25 de febrero de 2012

Little Alice 1.

Unos me llaman Pilaria, otros Pili, algunos me conocen como Little Alice, Señorita Shephard Djoko, Gatitu, princesita, hija, nieta, hermana, sobrina o cuñada. A otros les gusta llamarme Señorita Martínez, y la gran mayoría se decanta por llamarme por el nombre que aparece en mi DNI: Pilar. Nací hace 17 años, sobre las tres de al tarde un 16 de Agosto, en un pueblo de la costa mediterránea; aunque antes está el Mar Menor {C'est la vie}.

Muchos me catalogan de rara, extraña o emo, sencillamente por ser diferente que ellos, pero en realidad no soy tan diferente. Me gusta el chocolate, la noches de luna llena y pasear por la orilla de la playa en esas noches. Mi color favorito es el negro, y adoro las tachuelas, pinchos, calaveras y demás. Amo el metal, heavy, trash, death, black, industrial, power, folk. También me gusta el rock, el hard-rock, el rock&roll , algunas canciones del pop estilo The Beatles o Never Shout Never; la música clásica, el jazz, el blues, el gospel, las bandas sonoras y el estilo melancólico de Joaquín Sabina. Me encanta Joan Manuel Serrat y la voz de Sergio Dalma. Soy amante de la música con tintes celtas, y de la música gótica. Simone Simmons es mi diosa y dioses tengo muchos. Dejemos la música a un lado.

Soy una persona paranoica y propensa a complicarse la vida. Le doy mil y una vueltas a todo y me gusta pensar cosas que no son para joderme. Soy rara en ese sentido, y aunque intento cambiar, me cuesta conseguirlo. Suelo soñar revelaciones internas, pero no siempre sé que pueden decir. Me gusta pasear cuando estoy mal y escuchar música. Me gusta hablar sola, porque analizo mejor las cosas y no, no estoy loca. Adoro esas brisa leve que acaricia el cabello, elevándolo en el aire, cuando vas andando. Extrañamente me siento libre y alegre durante unos instantes. Es de esos pequeños regalos que te da la vida.

Me gustan las galletas con trozitos de chocolate estilo las que se come el Monstruo de las Galletas. No me gusta montar en bici, ni el ketchup. No tolero la menta y mi sueño de futuro no es casarme, tener tres hijos y un marido médico. Mi sueño es ser una buena periodista e irme a vivir con esa persona a un rancho en Colorado. Me pasaría las horas muertas escuchando Johnny Cash, con un sombrero de cowboy en la cabeza mientras acaricio a mi perritu.

No soy una persona con demasiados amigos, pero tengo los justos para que sean buenos. A veces me hacen daño, igual que yo a ellos, pero les quiero demasiado como para perderlos. Al igual que cualquier otra persona, tengo a esa persona especial que me alegra los días y los noches. Él es lo mejor que me ha pasado en la vida y le amo más de lo que se podría imaginar. Por él hago lo que sea y no me importaría andar 300 kilómetros si él estuviera esperándome al otro lado.

jueves, 16 de febrero de 2012

La Pequeña Alicia. Relato 6.

Little Alice está triste. Vuelve a la carga, de nuevo un enorme bache. Little Alice, lo mira, suspira. Finalmente acaba rodeándolo porque empieza a sentirse cansada, insegura y no sabe como afrontarlo. Se agarra la cabeza , vuelve a su desolado y solitario rincón y llora desconsoladamente una y otra vez. "¿Quién inventó el amor?", se pregunta confusa y con las lágrimas recorriendo sus mejillas hasta perderse en el abismo de la nada. "¿Ahí es dónde acaba todo?". Ella se niega a pensarlo o creerlo.