martes, 29 de octubre de 2013

Muy lejos.


Y en noches como esta sueño en mis infinitas ganas de poder abrazarle cada madrugada y despertarme  a su lado amanecer, mientras la más bonita melodía que conozco, que son nuestras respiraciones, adorna el silencio y lo disipa cual niebla. Sonidos de gestos de amor, de muestras de aprecio y de múltiples posibilidades de amar.

Y esas mismas noches, mi estómago se revuelve solo y mi corazón se vuelca hacia un lado, haciéndome recordar lo mucho que le quiero. En ese deseo interno de pasar el correr de las horas, los días, las semanas, los meses y los años junto a ti. Mientras los segundos se acumulan en el reloj y tú y yo no hacemos más que mirarnos en silencio, sabiendo todo lo que nos estamos diciendo.

Y es que...¿qué sentido tendría vivir ahora sin ti? Después de haber probado el sabor de tus besos y la textura de tus labios. Después de haber recorrido con mis manos todos los rincones de tu cuerpo, o de haberme perdido una mil y veces en tu intensa mirada. ¿Dónde residiría la lógica en esa decisión?

"Rezo" cada noche para poder encontrarte a mi lado entre las sábanas al despertar, para que el momento de estar juntos llegue cuanto antes. Para poder tenerte a mi lado cuando me apetece llorar y abrazarte hasta el punto de que tu olor me haga olvidar aquello por lo que derramaba mis lágrimas. Ojalá pudiera refugiarme en tu mirada cuando todo va mal.

Y estas jodidas mismas noches, es cuando muero de rabia por no poder escaparme de tu mano. Perderme en un mundo lejos del mío, en el que solo estemos "tú y yo" y un montón de desconocidos. Lejos, lejos de las palabras que hacen daños y los amigos de cartón. Un lugar donde solo haya sitio para el amor.

jueves, 24 de octubre de 2013

"Esta tierra no tiene dueño. Ahora sangra...¡y yo la defiendo!"

"Va muriendo lentamente, Mama Tierra. Mother Earth"

Los admiro. A gente como Greenpeace, Igualdad Animal y miles de asociaciones más. A las protectoras, a los animalistas, a todas esas personas que se arriesgan para poder salvar a la más vieja de este planeta: la Madre Tierra. 

Los seres humanos, a veces, parece que se olvidan de sus raíces. De que su madre es la tierra, que les permite habitar en ella. Que los animales son su familia y la naturaleza, su hermoso hogar al que deben cuidar. No sé...no entiendo por que les divierte torturar a otras especies, porque les hacen daño. Arrancar pieles, cuernos, sacar órganos, miles de atrocidades. Atrocidades que se cometen sin un atisbo de compasión, como si se tratara de un algo inanimado inferior a ellos que no siente ni padece. Cuando sucede todo lo contrario. Animales y plantas respiran y sienten. Basta, de afirmar que no tienen sentimientos, cuando puedes ver su cariño dibujado en su mirada. Basta.

Salvar el Ártico, salvar la barrera de Coral, salvar el Amazonas, proteger a especies...solo son algunas de las miles misiones que ocupan a estas personas y que deberían preocuparnos a todos. No estamos destruyendo a algo ajeno a nosotros. No, estamos destrozando nuestro propio hogar, matando a nuestros vecinos y asesinando por diversión. Que caigan la tauromaquía, los torturas públicas a animales, la caza, la pesca sin freno, el comercio de pieles, el uso de partes de sus cuerpos como afrodisíacos, la explotación de estos para diversos fines, el abandono de perros y de otras especies...Que se terminen los zoos, los circos, los acuarios y los secuestros y encarcelamientos de estos seres. Que cese la tala indiscriminada de árboles, la contaminación, el calentamiento global, el deshielo de los polos, la construcción sin sentido y el sin fin de acciones ilógicas que se encargan de destruir el planeta.

El problema es que mientras esto sigue ocurriendo, mientras seguimos perdiendo el tiempo con banalidades o preocupándonos por nosotros mismos más que por lo que sucede a nuestro alrededor, ella sigue muriendo. Muere lentamente, los polos se siguen descongelando, los árboles se convierten en excesivos sillones, los hábitats en ciudades que luego no habita nadie, y los animales en vulgares pieles. Y así millones de cosas más. 

Nuestra conciencia está tranquila, porque somos la especie más egoísta de todas. Nos matamos entre nosotros y nos herimos siempre que tenemos ocasión. ¿Cómo no vamos entonces a dañar a nuestros diferentes pero que en realidad son nuestros iguales? Porque a pesar de la especie, la raza,  el tamaño o la textura de nuestra piel, tenemos una cosa en común...y es que todos habitamos y somos hijos de ella...de Mama Tierra.


miércoles, 23 de octubre de 2013

"Sueña con despertar en otro tiempo y en otra ciudad".

Esos días. Esos días, en cuyas mañanas te va pereza despertarte porque sabes que te vas a helar de frío. Que te da pereza moverte y salir de debajo de la protección de las sábanas porque sabes a ciencia cierta que va a ser un mal día. Tu ánimo decaído y esas extrañas ganas de llorar tempraneras te lo advierten: "No, no te levantes, quédate hasta mañana que entonces será otro día". Pero...claro, ¿cómo te vas a quedar un día entero en la cama? Tienes obligaciones, un perro que sacar, una familia que te va a tirar cosas si no te levantas y un montón de cosas que hacer. Así, que a duras penas te levantas.

Una sensación de mareo se acomoda dentro de tu cabeza cuando te levantas demasiado rápido. Instantáneamente te la coges por instinto, "joder, el día mejora por segundos": tiendes a pensar. Una vez que has conseguido resistirte a la sensualidad de tu cama, te preparas y con un frío interior en tus huesos saludas al Miércoles con otra perspectiva.

Que bonito es dormir, y que bonito es soñar. Descansar durante horas en un apacible e inconsciente sueño que te evade de la realidad y te sumerge en otras experiencias o sencillamente dejas de pensar y con eso tienes bastante. La putada es cuando te levantas y el día se presenta de mala manera.

Esos días, esos días en los que todo parece salirte del revés. En los que se te cae de las manos y te das golpes hasta con los bolígrafos. Esos en los que incluso el tiempo parece ponerse de tu parte y el viento te despeina el cabello hasta el punto que no ves lo que tienes en frente. Esos días, esos días en los que sueñas con despertar en otro tiempo y en otra ciudad. Lejos de los problemas que vive el mundo y de las personas que te provocan dolores de cabeza. Lejos, bien lejos. Malditos esos días.

sábado, 19 de octubre de 2013

Que asco de mundo.

No me gusta que la gente muera por culpa de las enfermedades, deberían morir de viejos. No me gusta que el mundo sea injusto y por ello sufran los buenos y los disfruten los malos. Me da asco.

No soporto tenerle cerca, y ojalá estuviera para apoyarme. Echo de menos a algunas personas que sentía mis amigos y resultaba que eran de cartón. Me hace sentir sola. Tampoco me gusta que los amigos vayan por etapas, ni que la gente quiera verme de tal día a tal día, luego no y de nuevo si. Que digan que son amigos y no se acuerden de mí en meses. No sé, quiero amigos de verdad, pero no de esos que se enfadan porque les digas la verdad y se alejen de ti. Ni de esos que se echan novia y se olvidan hasta de tu existencia. Puede que sea exigente…pero quiero que parezca que les importo.

Detesto que no haya musicología en Murcia, ni periodismo en Granada. También, me da asco la gente. Son todos super hipócritas, y lo peor es que ya no son solo los que te encuentras en la calle, en clase, si no tus propios amigos. ¿Dónde está la gente auténtica? Pocos quedan.

Me da rabia la gente como tal y tal. Me asquean. ¿Por qué las malas personas están con personas geniales, y gente como tú como ella no?. Me da rabia. Parece que ser malo es lo bueno. Encima te roban a tus amigos, los absorben y ellos se dejan. Que asco, que asco, que asco.

¿Y por qué tuvo qué morir su madre? ¿Y en cambio la gente mala sigue viva? ¿Y encima parece qué nunca les pasa nada malo? ¿O la gente qué de verdad desea estudiar y no puede por qué no tiene dinero? Y luego van otros estudian por hacer algo y solo porque tienen dinero.

Qué asco de mundo.

Por no hablar de toda esa gente que muere por culpa del dinero. Ya lo dice Ska-P, “Que suerte hay que tener al nacer”. El mundo DA ASCO. Y el domingo tengo que ir al hospital, porque un amigo se muere. Va a ser la tercera vez que vaya este año. Odio los tanatorios. Son tristes.

Y luego encima, me meto en las redes y veo aún más, las cosas horribles del mundo. Las cosas que le hacen a los animales. Y ME PONGO ENFERMA. Y a los niños, mujeres y personas que no tienen la culpa de nada. Y sigo sin entender porque no hacemos nada, si no resignarnos y es MIERDA.

Y lo único que necesito para evadirme de todo esto no lo tengo. Menudo asco.




Que roba sueños y destroza vidas.

Sigiloso como cualquier víbora, entra por los resquicios de los hogares. Se cuela por debajo de las puertas cual fantasma del pasado, pero con etiqueta de futuro. Destroza todo lo que se encuentra a su paso: niños, mujeres, hombres, ancianos, adolescentes e incluso animales. No es racista, ni entiende de edad o sexo. No le importa tu situación económica, ni si tienes que cuidar a una familia. Menos aún que seas una buena persona o luches por hacer justicia en el mundo. Es más, cuanto más puro sea tu corazón, más se cebará contigo.

Se pasea a sus anchas por aquellos lugares que conquista, se desplaza con rapidez y no entiende de atascos. No necesita volar, pues toma cualquier vía sin permiso y acampa donde más le apetece. Tampoco avisa, entra, roba, mata y se marcha. No entiende de sentimientos, emociones o sueños. Te arranca aquello que más ansías y te deja desnudo y sin fuerzas. Te roba la sangre, el oxígeno, el cabello e incluso la piel. Nada, no te deja nada.

Pasan los días, los meses, los años. Y sigue en silencio, expandiéndose por tu hogar, moviendo todo de aquí para allá, robándote tu felicidad y tus alegrías. Te obliga a luchar y te recuerda el amor que sientes por los demás. Te desespera, golpea, rompe, acecha, vigila, espía. No avisa, simplemente sigue en su escondite donde no es visto en ocasiones. Y si lo es, perdura de todos modos. No tiene intención de abandonar su situación de okupa.

Finalmente, el tiempo trascurre, y poco a poco tu casa se ha hecho añicos. Los cimientos están resquebrajados, los pilares derribados, el color de las paredes se vuelve pálido, el suelo está desnudo y el tejado se te ha caído encima. Te ha cortado la luz, ya no brillas. Te ha arrebatado aquello que más querías: tu vida.

Maldito, maldito cáncer. Que roba sueños y destroza vidas.

viernes, 18 de octubre de 2013

Cuenta la leyenda...



Algunos se lo esperan, otros lo descubren. Algunos lo sienten a leguas, otros se dan cuenta con el tiempo. A veces, en el primer instante, otras pasados estos. Por ello, cuenta la leyenda que cuando averiguas ese mecanismo escondido que te hace renacer, es que te hallas ante esa persona. Ese ser mágico que dicen que es capaz de curar tus más profundas heridas y por el cual estarías dispuesto a abandonarlo todo, hasta tu cuerpo si fuese necesario. Aquel con el que deseas unirte tanto físicamente, mentalmente y espiritualmente. Ese ente real al que ansias explorar todos los rincones de su existencia para conocerle desde dentro hacia fuera, y desde fuera hacia dentro. Conocer sus heridas, sus cicatrices, sus miedos, sus alegrías, sus pensamientos más profundos e incluso sus ideas. Y también, su alma, su esperanza, sus gustos, sus manías, sus deseos y sus caprichos. Su filosofía de vida y sus recuerdos. Su pasado, presente y futuro. 

Hace unos meses, bueno más exactamente hace un año me crucé con esa persona. Sí, estaba en mi vida pero apenas me había parado detenidamente a comprender todo lo que tenía delante de mí. Obcecada en viejos recuerdos y fantasmas del pasado, con una venda en los ojos me impedí ver que realmente allí estaba mi cura. Pasaron los meses, y hace unos cuantos me di cuenta al fin. De que no era una leyenda, la historia que me habían contado, si  que era cierta. Lo estaba experimentando. Esa persona existía, esa persona me curó y aún en día sigue curándome de otros males, y si pudiera, sería capaz de dejarlo todo por poder dormir a su lado noche tras noches.

Me he convertido en exploradora eficaz de su cuerpo, pero también de parte de su alma. Aún no le conozco, digamos que solo acaba de empezar el juego. Pero, estoy deseando pasarme el tiempo de mi vida conociéndole, conociéndote. Descubriendo todos los recodos de su ser me siento feliz, pero también incompleta cuando no puedo hacerlo o la distancia que no es separa es mayor de lo que me gustaría. 

Algunos como yo, nos dimos cuenta con el lento correr de las horas. Otros como él, supieron ver en el momento lo que querían. Yo no pude verle entre la multitud, pero él miró y solo me observó a mí. Dicen que las leyendas están formadas por parte de algo real, él es esa parte. No sé como lo hizo, pero accionó ese mecanismo que me hizo renacer y volver a ser yo misma pero en versión mejorada. Es tan mágico que su mirada me abruma y su sonrisa me enamora. Creo, que estoy tan unida a él, que por eso le siento tan cerca a pesar de que esté tan lejos. Y ante todo, fue mi cura, mi salvación, mi héroe. Él me hizo sentirme orgullosa de mí y recordar lo bonita que estaba cuando una sonrisa se dibujaba en mí.

martes, 8 de octubre de 2013

Mil y una veces.



Se quejaba y se queja de que no le dice cosas bonitas. ¿Habrá visto la cantidad de entradas que llevan su nombre entre líneas, diciéndole mil y unas palabras de amor distintas? A veces lo hace por vicio, o eso cree ella. Pero, como tampoco le supone un esfuerzo sobrehumano darle lo que le hace sonreír,  le ofrece su amor en forma de palabras y listo.

Es curioso, porque a veces parecen escasear esas palabras, puede que el sentimiento sea bastante intenso, pero es que se ha parado tantas veces a halagarle y describir ese amor que parece quedarse muda. Aunque, puede que la causa resida en que a veces se sienta incapaz de poder pronunciar con palabras, sus ganas de abrazarle. Hasta el punto de frustrarse y estallar en lágrimas por no poder hacer nada.

¿Cuántas veces tiene qué decirle qué le necesita? ¿Y qué sin él se siente vacía? Que añora su sonrisa, y su calor refugiando al suyo. Su voz decorando los silencios o su respiración como despertador. Que se siente perdida si no encuentra su mano para guiarla y acompañarla en sus altibajos emocionales. Que aunque finja que algo no le importa, en realidad le escuece por dentro. Que lo echa tanto de menos, que termina abrazada a un peluche para no notar demasiado su ausencia en su cama. Que más que su cuerpo, extraña en mayor cantidad su espíritu y su sonrisa.

No le importa repetirle todas las veces que sea necesario, que cada vez que escucha su voz algo se vuelca en su interior. O que tan solo con ver su sonrisa se derrite por dentro poquito a poquito. Que más que a su sexo, desea el calor de sus brazos y los susurros de sus labios. Que lo que aguanta es la ausencia de lo carnal, pero no de los mimos y se voz. Joder como necesita escuchar su voz al acostarse y al abrir los ojos por las mañanas. Que nada, ni nadie se compara a él, o la felicidad que le proporciona.

¿Qué qué quiere?, estar con él todo el tiempo que pueda, por no decir siempre. Ver su hermoso rostro todos los días a su lado en la cama, o abrazarlo siempre que lo necesite. Sentir los latidos de su corazón contra su pecho. O su calor, tan cerca como la física lo permita. Poder, observar su mirada tranquilizadora siempre que lo desee. Agarrar su mano cada vez que necesite sentir que la apoya. Hacerle feliz, y enamorarle todos los días. Poder presenciar sus tiernos enfados y piques. Y embriagarse de su aroma todas las noches, hasta que se convierta en una bonita adicción. Y así, muchas cosas más distintas.


¿Cuántas veces necesita qué le diga qué le quiero? Si hasta he pasado de decírselo en primera persona, a narrarlas en tercera. A este paso terminaré escribiendo poesía, y convirtiéndome en narradora omnisciente, solo para poder recordarte, una y otra, y otra, y otra vez, las mil y una veces que te gusta que te repita, lo mucho que te quiero y te adoro.