jueves, 28 de febrero de 2013

El Recuerdo tras la Muerte.


Me he estado preguntando porque no venía y escribía algo como los dos años anteriores, como los dos primeros aniversarios de su muerte. No sabía exactamente, si hacerlo o no, puesto que plasmar la tristeza y hacer llorar a algunos con unas cuantas palabras provenientes del corazón puede ser tomado como algo un tanto cruel y desmesurado.  Pero, definitivamente encontré la respuesta a esa cuestión hace apenas unos segundos, cuando comenzaba a escribir esto a las 20:57 del tercer 27 de febrero en el que su ausencia marca nuestras vidas.

A la vista está, la evidencia de que la respuesta ha sido positiva. Pero…¿por qué?, pues sencillo para que tu recuerdo perdure en nuestra memoria. Para que tu ausencia no sirva de pretexto para que se te olvide, y para que el mundo siga recordando que los grandes hombres han existido y existen. Pues, una vez me contaron que si un escritor se enamoraba o escribía sobre alguien, esa persona nunca sería olvidada. Y bueno, aquí estoy yo para que tu imagen siga en nuestra memoria y tu porte galante de caballero con bastón siga presente en el mundo unos cuantos años más, ¿y por qué no décadas?.

27 de Febrero de 2010, podría afirmar y es más afirmo decidida que ese día cambió nuestro mundo. Que ese penúltimo día del único mes con 28 días, mi universo cambió y algo se resquebrajó en mi interior y en el de los que me rodeaban. Fue un día triste, aunque diría mejor que fue un día vacío .Nunca antes había sentido la inmensidad de la nada tan adentro…No sé exactamente como explicarlo, pero es tan sencillo como cuando pierdes a alguien que aunque sea silencioso y apenas ves está ahí. Quizás al día a día no notaba demasiado su presencia, pero cuando desapareció su ausencia se clavó en mi costado, como la de Ramón Sijé a Miguel Hernández. Y es que una Navidad tras otra, y una comida familiar tras otra, su ausencia sigue encadenada a la silla que para nosotros nunca ha abandonado. Su esencia puede sentirse en nuestras miradas, en nuestras palabras y nuestras animas. Hablamos y le recordamos y sonreímos.  Porque a fin de cuentas, no debemos quedarnos con la tristeza de la pérdida, no…Tenemos que pensar que si realmente existe algo tras la muerte, es una nueva vida en la que Simón Hernández, “El Metro”, vive entre grandes. No obstante, no debemos martirizarnos, pues gracias a yo que sé que, pude conocerle, yo y el resto de mis primos, que juntos éramos y somos sus bisnietos. Pude disfrutar de alguien que fue para mí mucho más que el padre de mi abuela materna, que llegó a convertirse en un gran abuelo, alguien que me quería, me cuidaba e incluso me admiraba y llamaba “Capitana”.

Para terminar..¿para finalizar?, lo normal sería acabar con las típicas palabras de: “No te olvidaremos, siempre vivirás en nuestros corazones y blabla”. Pero, creo que no es necesario repetir tales banales palabras, pues cada uno de nosotros sabemos donde, cuando, como y porque nos acordamos de él. Todos conocemos y lo recordamos cuando necesitamos que su presencia siga a nuestro lado. Así que sin más dilación, buenas noches Abuelo, espero que descanses y veles por mis sueños. Yo prometo hacerlo.


jueves, 7 de febrero de 2013

Sucedió una vez en un sueño.


Cuentan los expertos que los sueños son los reflejos de nuestros mayores deseos, mientras que las pesadillas los de nuestros peores miedos. Y a pesar de ser dos entes tan contradictorios estos dos, siempre tendrán algo en común. Algo que puede aparecer tanto en uno, como en el otro, eso si, en diferentes contextos.
No obstante, algunas y algunos os preguntaréis cual es el aspecto que comparten sueños y pesadillas  La respuesta es sencilla: las personas. Un mismo ser humano puede aparecer tanto en un sueño nuestro, como en una pesadilla. Puede ser nuestro mayor deseo y a la misma vez estar ligado al mayor de nuestros miedos y temores.

Expondré mi caso. Yo experimentos sueños y pesadillas con la misma persona. En los primeros es lo que más deseo, lo que consigo, lo que recupero. Mientras que en los segundos veo como se aleja, como me lo arrebatan o como todo se deshace al despertarme.

Quizás, los significados del mundo de los sueños esté más cerca de lo que creamos. No hay que pararse a reflexionar demasiado para caer en la cuenta que si esa persona aparece ahí es porque está presente en tu mente y entonces, tu subconsciente se encarga de recordártelo. Y si reside en esa parte tan crucial del ser humano es porque algo de importancia tenga en tu vida. No sé, piénsalo y ya me comentarás.

Tal vez por eso, como decía la Bella Durmiente: “Sucedió una vez en un sueño.”. En uno de ellos averiguó que era lo que más deseaba y cuando abrió los ojos se encargo de encontrarlo. Esperemos que corramos su misma suerte y hallemos aquello con lo que soñamos, mientras que luchamos y vencemos a aquello que más tememos.


miércoles, 6 de febrero de 2013

Si en mi generación el “para siempre” es “casi” y en “nada”se quedó.


La juventud es lametable, a lo largo de este último he presenciado y he oído cosas que la  única consecuencia que han tenido ha sido la de aumentar en extremo esa decepción hacia la mayoría de personas de mi edad. Y es que he visto personas que decían “amar” a sus parejas y que a los dos días ya estaban “amando” a otra. He visto a gente jurar amor eterno y al poco tiempo abandonar a esa persona a la que tanto adoraban. He oído como algunos utilizaban a esa otro humano como paño de lágrimas o como trozo de carne solamente para tratar de olvidar a otro. También he observado como algunos ingenuos empleaban la palabra “amor” sin tener una misera idea de que significaba aquel sustantivo. He visto chicos y chicas utilizar, engañar, mentir y fingir amor, y a pesar de ello tener más suerte que yo.

Además, me he quedado perpleja al comprobar tanta miseria en ese aspecto de la sociedad. Y más aún, cuando la vida me ha demostrado que esas personas que hacen daño y no saben lo que es el amor, conquistan a las mejores. No es justo que aquellos que rompen corazones y destrozan ilusiones consigan a aquellos otros que aman con todo su alma.

Por desgracia, aquí yo solo conozco la parte triste de esa balanza, pues a pesar de la fidelidad, lealtad y amor que puedo sentir, la mala suerte anda cogida a mi mano. ¿Cambiará eso algún día?