miércoles, 26 de junio de 2013

Tempus Fugit.



La vida es demasiado efímera. Un día te encuentras paseando por las calles de tu pueblo y otro por los callejones del otro barrio. Es curioso el carácter veloz y rápido del tiempo. Te crees poderoso e invencible, hasta que un día cualquiera una brisa demasiado fuerte de viento te golpea y te tambaleas. Caes entonces en la certeza de que no eres el rey del mundo, y ni siquiera de tu vida. Y de que igual que los productos: tienes una fecha de caducidad.

Puede que sea una manera un tanto extraña de ver el hecho de que la vida, al igual que un videojuego tiene su inicio y su final. A través de niveles, o de capítulos como en los libros escribes tu historia y dejas huella…o tal vez no. Es ahí donde reside la diferencia entre unas personas y otras.

Nunca olvidaré el día en que me dí cuenta de que nadie vivía eternamente. Aquel momento fatal en el que descubrí que las personas llega un instante en la que por razones inalcanzables para la razón de nuestros sentimientos deben de marcharse del mundo de los vivos para empezar a ser recordadas y amadas con más intensidad de las que lo fueron en vida.

Una vez hecha la idea, solo queda superar y convivir con la pérdida. Seguir hacia adelante en honor de su memoria y ante todo por nosotros mismos. Porque aunque ellos se marchan, somos nosotros los que quedamos y los que ante todo nunca debemos olvidarnos de vivir por los que no están y por nosotros mismos.



                                                                                                                        A mi abuela Pura, mi abuelo Simón y mi Comisario.



martes, 4 de junio de 2013

"Only know your lover when you let her go."

Frustrante es despertarme y no poder besarte para darte los buenos días. También lo es el acostarme y no poder acariciar tu rostro para tener tus facciones grabadas en mi mente toda la noche y así poder pasármela soñando contigo.

Frustrante es no poder abrazarte cuando todo se derrumba y sentir la paz que me transmites al encontrarme entre tus brazos. Frustante es no poder besarte hasta dejarme la boca seca por el simple hecho de que no estás. No obstante, lo es no poder tocarte si me apetece o cruzarme contigo por casualidad por mi casa. También lo es el hecho de escaparme y no encontrarte donde deberías estar.

Frustrante es tener que esperar tres o cuatro meses para verte solo un par de semanas, tiempo que sinceramente se me hace insuficiente para poder disfrutar de ti y ahogar mis ganas inagotables de explorar cada rincón de tu piel.

Frustrante es la espera que se vuelve angosta en sí. Pero...a la vez gratificante. Cuando sabes que algo merece la pena el tiempo que tengas que esperar para volver a tenerlo o disfrutarlo solo es una prueba de lo mucho o poco que estás dispuesto a soportar hasta que llegue ese momento. Y a mi juicio, creo que la he superado y con unos resultados bastantes satisfactorios.

Frustante es esperar, es echarte de menos día si y día también. Lo es además, no poder estar a tu lado cuando estás malito y me gustaría cuidar de ti. Pero, sé de sobra que todo ello merece la pena, porque verte aunque solo sea un día merece la pena. Estar a tu lado aunque sea una semana es lo suficientemente genial y válido para esperar otros cuatro meses más.

Resumiré diciendo que nunca me pareció que algo valía tanto la pena  como para esperar tanto tiempo. Supongo que solo tú y yo entendemos el por qué. La felicidad inmensa que se dibuja en mi rostro en forma de sonrisa cuando te tengo a unos milímetros y puedo observarte horas y horas sin cansarme, son beneficios y pros demasiado buenos como para soportar tantos kilómetros angostos. Déjame solo decirte, que aquí estoy, esperándote.