viernes, 25 de enero de 2013

Jugar a ser fuerte.

Nadie puede imaginarse en que consiste el peor juego de todos. Las instrucciones son básicas y las normas escasas. El objetivo final del juego requiere precisión y fuerza interior. Solamente tienes que saber que una mala jugada supone un paso atrás y un dolor intenso.

Según las normas todo está permitido, es un juego solitario e individual, en el que solo hay que conocerse el truco para aguantar. Hay que tratar de sonreír aunque duela, de reír aunque no recuerdes el sonido de una carcajada y  de mantener la cabeza recta y la mirada impenetrable. También debes saber fingir tus debilidades y que parezca que todo te resbala. Has de ser frío si con ello aumentas tu fuerza. La meta que has de alcanzar es mantener la compostura y parecer una fortaleza inexpugnable. Que no tengas resquicios de debilidad, ni momentos de inestabilidad emocional. Que aparentes ser invencible y nadie pueda leerte las emociones en la mirada.

Y ahora da comienzo la partida, ¿te atreves a jugar a ser fuerte?


viernes, 11 de enero de 2013

No sabes lo que es hasta que lo vives.

Las personas no conocen algo hasta que lo acaban experimentando en sus propias entrañas. Pues, aunque podamos imaginarnos ciertas circunstancias y ponernos en la piel de los otros, no sabemos exactamente que sienten o incluso no llegamos a entenderlo en toda su extensión.

Por eso, aunque algunas se sientan con total libertad para opinar sobre un determinado tema o asunto; hasta que no lo viven, lo sienten y palpan con sus propios sentidos no lo conocen en profundidad. E incluso al no llegar a comprenderlo nos tachan a los que si de obsesivos, posesivos, paranoicos o lunáticos.

No obstante, nos centramos en uno de esos casos: estar enamorado y todos los síntomas que esa enfermedad infecciosa y a veces letal, conlleva. La gente cree que está obsesionado si nunca se han enamorado, y todo eso porque esa persona es tu aire, es tu jodida inspiración y además es el ser más imperfectamente perfecto que conoces.

Ellos se creen que no sé lo que es que todo salga mal. Que la oscuridad se cierna en tu interior y aprisione tu corazón, asfixiándolo y dejándolo sin aliento. Se creen que no sé lo que es morir por dentro y sentir como tu corazón late inerte latido, tras latido. Que sepan todos, ¡que yo también lo he vivido!, y que desde hace tiempo es el mío el que congelado por la nostalgia y la soledad bombea sangre sin tener ya motivos para sonreír mañana tras mañana. Siguen creyendo que no sé de que va el amor, las despedidas y la tristeza permanente. Cuando he vivido todas y cada una de ellas y además muchas más que van contenidas en ellas.

Supongo que así es la sociedad....hablar sin saber y juzgar sin conocer. Si supierais la mitad de cosas que he aprendido y la cantidad de experiencias que he vivido seguramente dejaríais de ser así como sois: ignorantes.


domingo, 6 de enero de 2013

Cicatrices.

¿Y de esto se supone qué va la vida? ¿de ir coleccionando cicatrices que varían en color, tamaño, dueño y profundidad? Cada cual con su historia, una cantidad de dolor acumulado y un cuchillo ensangrentado.

Cada cicatriz, un capítulo, un pasado y un momento que si no está encostrado significa inacabado. Acumulación de cicatrices en un cuerpo varado, es sinónimo de un corazón derrumbado.

Así es la vida, acostumbrarte a echar de menos a los dueños de algunas de esas cicatrices, aún sabiendo que seguramente nunca nada volverá a ser como antes. Y a extrañar los momentos del baúl de los buenos recuerdos. Tener que vivir con la nostalgia de aquellos que dejaron marca y preparándote porque sabes que otros vendrán y grabarán las huellas de las yemas de sus dedos en tu memoria.

La vida es hostia si, y hostia también. Lo bueno del presente se volverá en momento del pasado y solamente algunos detalles permanecerán en el futuro. Muy, muy escasos detalles.

Una sucesión de escenas que acontecen en distintos escenarios con diferentes personajes y emociones irrepetibles y únicas. Cada acción, una habitación. Distintos actores y solo en ocasiones similares diálogos.

Un show, un circo, un espectáculo, una película, un libro o una serie de catastróficas desdichas es la vida. Algo tan extraño, como carente de sentido y con voluntad propia.

Trabas, obstáculos y baches, en cada esquina, cada capítulo, cada sesión  cada acto o cada página. Nadie escapa de ellos y pocos consiguen esquivarlos. Algunos incluso hacen trampas ;).

La vida ente enigmático y misterioso que sale a cenar con el Destino y de copas con la Suerte. Luego el trío se marcha a jugar a la ruleta en el casino y apuestan con fichas que tienen nombres y apellidos. Cuando se enfadan: un grito, un llanto. Cuando ganan: una alegría, una sonrisa. Cuando pierdes: una caída, un bache, una cicatriz, o una lágrima.


sábado, 5 de enero de 2013

Carta a un alma incomprensiva.

Querida madre, querida familia y querida gente desconocida. Me veo en la obligación de explicaros el sentido de esa música y de lo que es ella para mí y algunas personas.

Cuando estoy triste escucho música, cuando estoy feliz escucho música. Cuando pienso, me enfado, lloro o sonrío, sí estoy escuchando música. Sí el volumen está alto es que tema a mis propios pensamientos. Cuando suena Black o Death es que estoy enfadada, frustrada o luchando porque no me de ansiedad. Si la música es deprimente es que necesito poner nombre a lo que siento, además de no sentirme sola con mi anima.

Si la música es animada, es que estoy alegre y entusiasmada. Si es Metal a secas es que echaba de menos unas buenas guitarras. Si es Clásica. ¡silencio! ando estudiando. Cuando suena un buen tema Country es que estoy en paz conmigo mismo y relajada.

Quizás, no entendáis nada, pero ELLA es la única que no me abandona. Es la testigo de mis peores llantos y mis mejores carcajadas  De mis momentos de debilidad y máximo dolor interno. Me ha levantado el ánimo y a veces me lo ha rematado y hundido. Rellena los vacíos de mi alma y pone sonido a los más solos y oscuros silencios. Con ella la vida tiene otra perspectiva, otros olores y sabores, y una banda sonora original propia.

Ella es mi mejor guerrera cuando en mi mente se acumula la duda, la confusión o el más perfecto caos. Sabe batallar contra mis instintos autodestructivos y me ayuda a no padecer muchas noches de insomnio. Pero, cuando las hay las ameniza.

Querida familia, no intentéis privarme de aquello que me salva la vida. Mi música, mi oxígeno. MI MÚSICA, MI VIDA.


jueves, 3 de enero de 2013

¿Entiendes?

Pocas personas entienden como pienso o que siento. Prácticamente nadie comprende mi forma de pensar, porque no ven las cosas desde la misma perspectiva que las observo yo. Y es que soy incapaz de realizar algunos actos porque mi corazón de sentimientos puros me lo impide y mi mente medianamente amueblada no fue diseñada para permitir ciertas situaciones.

La gente insiste, las personas cuestionan y mi razón no se deja abatir con facilidad. Ella sabe de sobra que un mal movimiento puede ser una intensa punzada en lo más profundo de mi alma. Y es que no estamos fabricadas para hacer daño a los demás y pensar solamente en nosotras mismas.

Mis amigos se extrañan cuando les digo que no puedo hacer una cosa u otra porque siento que me estoy traicionando a mí misma. Porque siento que estoy traicionando a mis verdaderos sentimientos y a todo lo que se siento en este desgastado corazón. Porque me duele a mi misma, es como si me atacara y joder, duele, duele y duele.

Hay veces en las que me emparanoio y un lío inmenso se monta en mi cabeza, pero entonces tengo a mi conciencia para recordarme que cosas hacer y cuales no. Que ella sabe mejor que nadie lo que más me conviene y lo que no.

Y es que en otra cosa no sé, pero en ideas fijas e ideales intocables pocas personas me ganan. Prácticamente nadie consigue cambiarme de opinión y mis pensamientos son algo a los que pocos acceden. No hay manera de transformar mis principios pues están muy bien grabados a fuego en mi mente y en mi razón. Así que imaginaos entonces mis sentimientos, esos, esos si que son casi inalcanzables.