domingo, 9 de marzo de 2014

miércoles, 15 de enero de 2014

Lo prometo.

En realidad estoy cansada, tengo sueño y ganas de descansar. Lo que menos me apetece casi a las tres de la mañana es escribir, pero necesito hacerlo. Tengo la necesidad de escribirte, porque sé que gusta cuando mis palabras van dirigidas a ti, cuando un trozo de mí queda plasmado en este texto. Porque sé que disfrutar con ello, y puede que incluso lo necesites. Y quizás…quizás así esté un poco más cerca de Granada y por consiguiente, de ti. No tanto como en tu cama esta misma noche, pero en una distancia que entre corazones no existe. Porque tú estás conmigo y yo estoy contigo, no nos vemos, pero nos sentimos. Nuestras almas se sienten.

Supongo que esto viene por el hecho de que extraño. Te echo de menos tanto, que hace una semana que no te veo y ya me estoy ahogando entre el abismo de tu ausencia. Esa estela de vacío que dejas en mí y mi vida cuando te toca marchar. Ojalá pudiera abrazarte y sentirte. Sentir tu piel y tu calor, tu respiración y tus labios. Sentirte completamente y no solo en el ámbito de la conexión que compartimos por los sentimientos que nos procesamos, si no el más y hermoso campo que conozco, tu cuerpo. Tu piel, tu piel y tu piel. ¿Hay mejor droga qué tu piel? La mejor manta tanto para el frío, como para el calor. Invierno o verano, todo con ella.

Quiero verte, quiero sentirte, besarte, acariciarte, morderte, lamerte, hablarte, pegarte, tocarte, montarte, masajearte, y todos los verbos que impliquen contacto contigo y pueda finalizar con un precioso “te”, que simboliza que una acción mía recae sobre ti. ¡Y que ganas qué tengo de que mi cuerpo recaiga sobre ti!. Que putas ganas de poder mirarte a los ojos y perderme en ellos. De acostarme contigo y despertarme también contigo, y no con un hueco tan feo en mi cama, que me resulta hasta grotesco y descortés.


En fin, me iré a dormir. Estaría bien la verdad. Me dormiré pensando en ti y me despertaré queriéndote a mi lado. Mientras que trascurre el tiempo hasta que volvamos a encontrarnos, seguiré pensando en ti día y noche, en todo momento. Sobre todo por las noches. Piensa tú también en mí, nos veremos pronto. Lo prometo. Te quiero.


miércoles, 11 de diciembre de 2013

Gracias por hacerme daño en su momento.

Gracias por hacerme daño en su momento, porque ahora sé lo que es que curen tus heridas. Yo también me pasé noches y noches entre sollozos y con un horrible vacío en mi interior porque le extrañaba. También me puse a oler como una desesperada toda mi ropa tratando de encontrar algún rastro de su aroma. Pasé mil y una veces por aquellos lugares en los que me juraba amor eterno. Escuché mil canciones que me recordaban a él solo por el placer de sufrir. Le busqué de forma “inconsciente” entre las calles y las fiestas, solo porque pensaba que así volvería conmigo. Pedí millones de veces el mismo jodido deseo que nunca se cumplió…o tal vez sí… Traté de olvidarle recordándole, y me pasé horas y horas muertas en silencio mirando nuestras fotos.

Y gracias, gracias….¡MUCHÍSIMAS GRACIAS!. Por hacerme llorar, romperme, por empujarme al suelo y hacer que me sintiera la mayor mierda del mundo. Por hacerme sentir sola, traicionada y vulnerable. Porque ahora…¡MÍRAME AHORA PEDAZO DE LERDO!. Estoy orgullosa de mí…lo he logrado, lo conseguí. Te superé, superé tus sonrisas y el puto dolor que inyectaste en mí cual veneno. Soy capaz de escuchar nuestras canciones y no sentir ausencia, si no una leve melancolía. De verte y ser capaz de decirte “Mira qué guapo es mi novio”. Gracias por permitirme crecer, por echarme de tu vida…

Gracias por hacerme daño en su momento, porque ahora sé lo que es que curen tus heridas. Que llegue una persona que no esperabas, y que poco a poco vaya sacándote sonrisas debajo de tantas capas de lágrimas. Capaz de ayudarme a levantarme y no empujarme por pura diversión. Que me escuche y tenga la increíble capacidad de aguantar mis monólogos de sentido. Y que con el paso del tiempo, se convierta en mucho más de lo que eras tú. Que me haga sentir paz. Jodida y necesaria paz. Que adore todos y cada uno de mis defectos y además, tenga el don de hacerme sonreír con cualquier gilipollez.


Gracias. Gracias por hacerme daño, porque ahora sé lo que es el amor. Lo que significa encontrar a esa persona que te de paz. Esa persona que sea MI PAZ.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Hi Love.



Quiero que vuelva el calor a mi cuerpo. Quiero que vuelva la primavera a mi cama. Quiero el roce constante debajo de las sábanas, y la constante sonrisa que dibuja mi rostro. Quiero los momentos estúpidos a la par de tiernos. Quiero las risas sin sentido y las carcajadas que te dejan sin respiración. Los abrazos de más de 50 segundos y los besos cortos pero intensos.

Quiero las duchas silenciosas, la espuma compartida. Quiero los besos con humo y los susurros casi imperceptibles. Las palabras sin significado e incluso las despedidas con sabor a “volveremos a vernos”. Los conciertos en los que me siento protegida de babosos porque tú estás para cuidarme.

Los abrazos por detrás, los mordiscos dolorosos pero también morbosos. Las cosquillas y los besos por la espalda. Las caricias en el cuello que tanto me hacen estremecerme y las canciones que cuando tú estás parecen recibir un chute de sentido. Los pinchacitos de los pelos de tu barba o los días de verano.

Quiero siestas, ¡montones de siestas!. Los ratos en los que me deleito viéndote tocar, te pones muy guapo, ¿sabes?.  Las conversaciones ancestrales o los conjuntos de palabras que no llevan a ninguna parte. Quiero tu voz, no. La amo. Tu tono de voz cuando me caigo por que voy lo suficientemente fumada para que tengas que cuidarme.

Quiero más besos en la Alhambra y más noches en Granada. Quiero tu comida, porque si viene de ti ya merece la pena probarla. Quiero más fotos en la playa y peleas contra la arena. Quiero que me desvistas tan rápido como te apetezca, pero que vuelvas a vestirme una vez hayamos terminado. Que me acompañes a sacar al perro, a expensas de saber que este no nos va a dejar ni mirarnos.

Quiero, bleh. Te quiero a ti, te quiero ahora y aquí. Quiero mi cama llena de ti, rebosante de ti. Quiero que ocupes mi cama, da igual que sea una práctica ilegal. Solo quiero que estés sobre ella o debajo de ella. Sobre o tapado con las sábanas. Con pijama o desnudo, pero que estés en ella. ¿No es mucho pedir, no?

Quiero días enteros contigo. Amaneceres tiernos y anocheceres alocados, pero todos contigo. Noches de pasión y amor entremezclados, pero todos contigo. Desnudo, en pijama, con ropa de calle, arreglado, con ropa de casa, con vaqueros, o de chándal. De ti o de mí vestido, pero que estés junto a mí.

Me da igual en una cama, en una tienda de campaña, sobre el suelo, la arena, en una silla, en la mesa, en un aseo, en un salón, en un concierto, en el campo, en la playa, en San Javier, en Granada, en Los Alcázares, donde sea. Pero que sea todo junto a ti. Tú, yo y ya está. Ni siquiera hace falta que corra en el aire, es más, si no corre entre nosotros muchísimo mejor. Pero te quiero taaaaaaaaaaaaaaan cerca que pueda sentir tu respiración contra mi piel y tus latidos en mi pecho. Por que…¿hay acaso algo mejor qué estar tan pegada a ti?

miércoles, 13 de noviembre de 2013

La cantata del diablo.

Padre nuestro, de todos nosotros, 
de los pobres, de los sin techo, 
de los marginados y de los desprotegidos, 
de los desheredados y de los dueños de la miseria, 
de los que te siguen y de los que en tí... 
Ya no creemos. 

Baja de los cielos pues aquí está el infierno, 
baja de tu trono, pues aquí hay guerras, hambre, 
injusticias, 
no hace falta que seas uno y trino, 
con uno solo que tenga ganas de ayudar nos bastaría. 

¿Cuál es tu reino?, 
¿El vaticano?, 
¿La banca?, 
¿La alta política? 

Nuestro reino es Nigeria, 
Etiopía, Colombia, Hiroshima, 
el pan nuestro de cada día 
son las violaciones, 
la violencia de género, 
la pederastía, las dictaduras, 
el cambio climático. 

En la tentación caigo diario, 
no hay mañana en la que no esté tentado 
de crear a un Dios humilde, justo, 
un Dios que esté en la Tierra, en los valles, 
los ríos, 
un Dios que viva la lluvia, 
que viaje a través del viento 
y acaricie nuestra alma, 
un Dios de los tristes, de los homosexuales, 
un Dios más humano, 
un Dios que no castigue, que enseñe, 
un Dios que no amenace, que proteja, 
que si me caigo me levante, 
que si me pierdo, me tiende a su mano, 
un Dios que si yerro no me culpe 
y que si dudo me entienda, 
pues para eso me dotó de inteligencia, 
para dudar de todo. 

Padre nuestro de todos nosotros, 
¿Por qué nos has olvidado?, 
Padre nuestro, ciego, sordo y desocupado, 
¿Por qué nos has abandonado?



Mägo de Oz.

sábado, 9 de noviembre de 2013

"Busco una paz negociada con mis sentimientos".

Parece que la vida posee un carácter repetitivo, retroactivo. Los sucesos se repiten y los giros de guión parecen acontecerse cada “x” tiempo. No solo las estaciones se suceden una y otra vez. Las sensaciones, los miedos, las ilusiones, las dudas. Todo vuelven una y otra, y otra vez a mi cabeza.

A veces, temo a la ausencia de las palabras. A mí incapacidad para poder describir que diablos me sucede o como me siento. Porque ese estancamiento, solo me demuestra que ni yo misma sé lo que siento. Que no tengo ni idea de porque esa sensación de angustia se agolpa en mi pecho y se echa la sienta. O por que pensamientos opuestos a mis sentimientos se balancean en mi cabeza. ¿Tendría qué pedir ayuda? Nadie podría salvarme de mis fantasmas o de la propia mierda que acumulo por gusto en mi interior. Nadie podrá salvarme, ni tan siquiera yo misma.


Lo preocupante no es temer al mundo, si no desconfiar de uno mismo.

martes, 29 de octubre de 2013

Muy lejos.


Y en noches como esta sueño en mis infinitas ganas de poder abrazarle cada madrugada y despertarme  a su lado amanecer, mientras la más bonita melodía que conozco, que son nuestras respiraciones, adorna el silencio y lo disipa cual niebla. Sonidos de gestos de amor, de muestras de aprecio y de múltiples posibilidades de amar.

Y esas mismas noches, mi estómago se revuelve solo y mi corazón se vuelca hacia un lado, haciéndome recordar lo mucho que le quiero. En ese deseo interno de pasar el correr de las horas, los días, las semanas, los meses y los años junto a ti. Mientras los segundos se acumulan en el reloj y tú y yo no hacemos más que mirarnos en silencio, sabiendo todo lo que nos estamos diciendo.

Y es que...¿qué sentido tendría vivir ahora sin ti? Después de haber probado el sabor de tus besos y la textura de tus labios. Después de haber recorrido con mis manos todos los rincones de tu cuerpo, o de haberme perdido una mil y veces en tu intensa mirada. ¿Dónde residiría la lógica en esa decisión?

"Rezo" cada noche para poder encontrarte a mi lado entre las sábanas al despertar, para que el momento de estar juntos llegue cuanto antes. Para poder tenerte a mi lado cuando me apetece llorar y abrazarte hasta el punto de que tu olor me haga olvidar aquello por lo que derramaba mis lágrimas. Ojalá pudiera refugiarme en tu mirada cuando todo va mal.

Y estas jodidas mismas noches, es cuando muero de rabia por no poder escaparme de tu mano. Perderme en un mundo lejos del mío, en el que solo estemos "tú y yo" y un montón de desconocidos. Lejos, lejos de las palabras que hacen daños y los amigos de cartón. Un lugar donde solo haya sitio para el amor.

jueves, 24 de octubre de 2013

"Esta tierra no tiene dueño. Ahora sangra...¡y yo la defiendo!"

"Va muriendo lentamente, Mama Tierra. Mother Earth"

Los admiro. A gente como Greenpeace, Igualdad Animal y miles de asociaciones más. A las protectoras, a los animalistas, a todas esas personas que se arriesgan para poder salvar a la más vieja de este planeta: la Madre Tierra. 

Los seres humanos, a veces, parece que se olvidan de sus raíces. De que su madre es la tierra, que les permite habitar en ella. Que los animales son su familia y la naturaleza, su hermoso hogar al que deben cuidar. No sé...no entiendo por que les divierte torturar a otras especies, porque les hacen daño. Arrancar pieles, cuernos, sacar órganos, miles de atrocidades. Atrocidades que se cometen sin un atisbo de compasión, como si se tratara de un algo inanimado inferior a ellos que no siente ni padece. Cuando sucede todo lo contrario. Animales y plantas respiran y sienten. Basta, de afirmar que no tienen sentimientos, cuando puedes ver su cariño dibujado en su mirada. Basta.

Salvar el Ártico, salvar la barrera de Coral, salvar el Amazonas, proteger a especies...solo son algunas de las miles misiones que ocupan a estas personas y que deberían preocuparnos a todos. No estamos destruyendo a algo ajeno a nosotros. No, estamos destrozando nuestro propio hogar, matando a nuestros vecinos y asesinando por diversión. Que caigan la tauromaquía, los torturas públicas a animales, la caza, la pesca sin freno, el comercio de pieles, el uso de partes de sus cuerpos como afrodisíacos, la explotación de estos para diversos fines, el abandono de perros y de otras especies...Que se terminen los zoos, los circos, los acuarios y los secuestros y encarcelamientos de estos seres. Que cese la tala indiscriminada de árboles, la contaminación, el calentamiento global, el deshielo de los polos, la construcción sin sentido y el sin fin de acciones ilógicas que se encargan de destruir el planeta.

El problema es que mientras esto sigue ocurriendo, mientras seguimos perdiendo el tiempo con banalidades o preocupándonos por nosotros mismos más que por lo que sucede a nuestro alrededor, ella sigue muriendo. Muere lentamente, los polos se siguen descongelando, los árboles se convierten en excesivos sillones, los hábitats en ciudades que luego no habita nadie, y los animales en vulgares pieles. Y así millones de cosas más. 

Nuestra conciencia está tranquila, porque somos la especie más egoísta de todas. Nos matamos entre nosotros y nos herimos siempre que tenemos ocasión. ¿Cómo no vamos entonces a dañar a nuestros diferentes pero que en realidad son nuestros iguales? Porque a pesar de la especie, la raza,  el tamaño o la textura de nuestra piel, tenemos una cosa en común...y es que todos habitamos y somos hijos de ella...de Mama Tierra.