Quiero
que vuelva el calor a mi cuerpo. Quiero que vuelva la primavera a mi cama.
Quiero el roce constante debajo de las sábanas, y la constante sonrisa que
dibuja mi rostro. Quiero los momentos estúpidos a la par de tiernos. Quiero las
risas sin sentido y las carcajadas que te dejan sin respiración. Los abrazos de
más de 50 segundos y los besos cortos pero intensos.
Quiero
las duchas silenciosas, la espuma compartida. Quiero los besos con humo y los
susurros casi imperceptibles. Las palabras sin significado e incluso las
despedidas con sabor a “volveremos a vernos”. Los conciertos en los que me
siento protegida de babosos porque tú estás para cuidarme.
Los
abrazos por detrás, los mordiscos dolorosos pero también morbosos. Las
cosquillas y los besos por la espalda. Las caricias en el cuello que tanto me
hacen estremecerme y las canciones que cuando tú estás parecen recibir un chute
de sentido. Los pinchacitos de los pelos de tu barba o los días de verano.
Quiero
siestas, ¡montones de siestas!. Los ratos en los que me deleito viéndote tocar,
te pones muy guapo, ¿sabes?. Las
conversaciones ancestrales o los conjuntos de palabras que no llevan a ninguna
parte. Quiero tu voz, no. La amo. Tu tono de voz cuando me caigo por que voy lo
suficientemente fumada para que tengas que cuidarme.
Quiero
más besos en la Alhambra y más noches en Granada. Quiero tu comida, porque si
viene de ti ya merece la pena probarla. Quiero más fotos en la playa y peleas
contra la arena. Quiero que me desvistas tan rápido como te apetezca, pero que
vuelvas a vestirme una vez hayamos terminado. Que me acompañes a sacar al
perro, a expensas de saber que este no nos va a dejar ni mirarnos.
Quiero,
bleh. Te quiero a ti, te quiero ahora y aquí. Quiero mi cama llena de ti,
rebosante de ti. Quiero que ocupes mi cama, da igual que sea una práctica
ilegal. Solo quiero que estés sobre ella o debajo de ella. Sobre o tapado con
las sábanas. Con pijama o desnudo, pero que estés en ella. ¿No es mucho pedir,
no?
Quiero
días enteros contigo. Amaneceres tiernos y anocheceres alocados, pero todos
contigo. Noches de pasión y amor entremezclados, pero todos contigo. Desnudo,
en pijama, con ropa de calle, arreglado, con ropa de casa, con vaqueros, o de chándal.
De ti o de mí vestido, pero que estés junto a mí.
Me da
igual en una cama, en una tienda de campaña, sobre el suelo, la arena, en una
silla, en la mesa, en un aseo, en un salón, en un concierto, en el campo, en la
playa, en San Javier, en Granada, en Los Alcázares, donde sea. Pero que sea
todo junto a ti. Tú, yo y ya está. Ni siquiera hace falta que corra en el aire,
es más, si no corre entre nosotros muchísimo mejor. Pero te quiero
taaaaaaaaaaaaaaan cerca que pueda sentir tu respiración contra mi piel y tus
latidos en mi pecho. Por que…¿hay acaso algo mejor qué estar tan pegada a ti?
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