martes, 31 de julio de 2012

Nosotros.

Ábreme la puerta cuando toque a tu timbre. Sonríeme como cuando me veías los primeros días, acércate sin correr pero haciendo notar que te mueres de ganas por estrecharme entre tus brazos. Cuando estés a unos centímetros de mí, bésame. Bésame suave y despacio mientras con tus dedos recorres mi espalda. Cierra entonces la puerta tras de mí, coge mi guitarra y guíame hacia el interior de tu casa a pesar de que ya me lo conozca. Una vez que estemos dentro, cierra también esa puerta, pero hazlo mientras me besas, y susurrándome al oído después lo mucho que me has echado de menos desde que te marchaste. 

Suelta entonces la guitarra, déjala con suavidad sobre el sofá. Tranquilo, no tengo prisa he venido para no marcharme jamás. Mientras tú sonríes, buscaré un vaso de agua...¿jugamos?. Me rio cuando levantas la mirada y me dices: te dije que no te iba a dar agua. Entonces yo jugueteo, "QUIERO AGUA!": te espeto mientras le doy la vuelta a la mesa huyendo de tu cuerpo. Termino de beberme el vaso, lo dejo, huyo, me marcho. Me escondo detrás de la puerta de tu cuarto, escucho mi respiración entrecortada y nerviosa y tu voz susurrándome preguntas como: ¿dónde te has metido granujilla?

Veo entonces tu sombra cruzar el umbral de la puerta. Me encojo detrás de ella, pero entonces tú ya me has encontrado y me estás cogiendo cual saco de patatas. Pataleo y me rio, quiero escapar, pero no sin ti. Me dejas caer entonces sobre la cama y te miro con una sonrisa de complicidad, un "te amo" se escapa entonces de entre mis labios y se pierde en los tuyos. Me miras con una felicidad que me hace llorar, mis lágrimas recorren mis mejillas y tu mirada se torna de preocupación. "¿Por qué lloras?": me preguntas. "Porque creo que esto es un sueño". Entonces me contestas que no, que todo esto es real, que somos reales, que está volviendo a pasar, que todo vuelve a su cauce natural, que todo vuelve a surgir una vez más. Es entonces cuando lloras, me abrazas, me besas y me dices que te perdone. Me susurras mil y una veces que me amas, que lo sientes, que eres lo peor, y que no te deje. Una vez más levanto mi mirada, miro la tuya. Veo amor, veo futuro, veo una larga vida junto a ti, Pequeño. Limpio tus lágrimas y aparto el flequillo de tu rostro, me acerco y te beso lenta pero apasionadamente. "Te amo.": te susurro una vez más. 

De repente todo pasa rápido, pero marcadamente, mi cuerpo desnudo, el tuyo, besos, mordiscos, caricias, amor, gemidos, susurros, gotitas de sudor y corazones desbocados. Mi cuerpo acaba tendido al lado del tuyo, te miro, te beso, te acaricio y te digo que te amo, mientras tú me correspondes. Nos abrazamos, pero luego no nos separamos. Vuelve a ocurrir, todo fluye, todo surge, todo pasa, cambia, pero nosotros nos seguimos amando.


Volver.

Volver a aquel lugar donde comenzó todo. Suspirar y agachar la vista. Recorrer ese paseo dónde por primera vez nuestros labios se rozaron y encontraron por primera vez. Suspirar y ser fuerte. Volver a cruzar aquel parque donde nos encontrábamos todos los días a la misma hora. Recordar como te veía llegar, me besabas, me preguntabas como me había ido el día y te sentabas a mi lado. Como te limpiabas los labios y luego sacabas de tu mochila , tu botella de agua para darle un sorbo.

Incertidumbre.

Te sigues encontrando en aquel punto del pasado, a medio camino del futuro tratando de vivir el presente. Aún sigue aquel sentimiento que quizás llegue a apagarse...pero que vuelve a despertarse y a desmoronar tu calma o falsa realidad cuando él aparece en escena.

¿Qué hacer?

Han pasado tres meses, casi cuatro desde que aquella historia "acabó".

Water.

Primero enciendes el calentador. Después de forma rápida y angustiosa te deshaces de las telas que cubren tu cuerpo. Estás desnuda. Sientes entonces el pelo acariciar tu espalda, cuando te quitas el coletero y liberas tu largo cabello. Sonríes por esa mini sensación. Luego, abres el grifo, de forma delicada acaricias el agua para comprobar su temperatura: "está bien así": piensas. Suspiras. Metes el pie derecho y un escalofrío recorre tu espina dorsal al notar el pequeño cambio de temperatura. Te acaricias los brazos inconscientemente. Después de unos segundos te acabas metiendo dentro de la ducha, agarras el grifo y lo colocas sobre tu cabeza, notas como el agua recorre tu cuerpo desnudo mientras escucha la música de fondo.

De repente, pasados unos minutos apoyas tu espalda húmeda contra la pared y sientes como te vas quedando sin fuerzas. Finalmente te dejas caer, tu cuerpo se desliza y terminas sentada en la bañera, notando como el agua moja tu cuerpo agotado. Tu respiración se vuelve ajetreada, tus manos comienzan a temblar y entonces sucede. Empiezas a llorar, aprovechas esa oportunidad porque sabes que el agua de la ducha te esconderá, camuflará tus lágrimas y nadie se enterará de que las has vuelto a derramar porque tu corazón está cansado de luchar. Lloras, gimes de dolor, algo se rompe en tu interior. No puedes parar de llorar, tu respiración se agita aún más, te acabas abrazando a ti misma, buscando consuelo, calor, ayuda, lo que sea. Suspiras, respiras más fuertes, lloras con más ganas, das un codazo a la bañera, y entonces te acabas haciendo sangre. Acaricias el golpe de tu codo, como la sangre corre entre tus dedos mezclándose con el agua y las lágrimas de tus ojos. Respiras profundamente sabes que ese dolor físico acalla un poco los gritos de dolor de tu desgarrado corazón. Llevas entonces tus manos temblorosas a tu pecho, notas como el órgano que da vida a tu cuerpo late a  un ritmo frenético, desenfrenado, finalmente está jodidamente descontrolado. Mientras tanto, al sangre de tu codo sigue fluyendo por tu piel manchando tu cuerpo desnudo y joven. ¿Qué está ocurriendo?.

Miras a tu alrededor, sigues llorando pero en silencio. Tu codo ha dejado de sangrar y el agua sigue empapando tu piel que se ha erizado del frío. El agua dejó de salir caliente para dar paso a un agua helada que ha calado todos y cada uno de tus huesos a través de los poros de tu piel. Toses. Vuelves a toser, y acaricias tu cuerpo frío, te haces un ovillo mientras sigues llorando y te quedas pensando en todo y en nada. En el pasado y en el futuro. En la vida y en la muerte. En él y en ti. En ese "vosotros" y en el "vosotros" de ahora. Acaricias de nuevo la parte de tu pecho dónde se supone que debajo está tu agotado corazón. Sientes los latidos y como su ritmo va decreciendo lentamente, sonríes de lado y tristemente. Después de la tormenta por fin te has tranquilizado. Te levantas entonces, te lavas el pelo y el resto del cuerpo y una vez finalizado ese procedimiento te colocas la toalla alrededor de tu cuerpo.

Te acercas al lavabo  y escrutas tu reflejo en el espejo. Niegas lentamente. No, sabes que esto no va a acabar contigo, es doloroso, complicado y difícil pero sabes que tú lo conseguirás. ¿Cómo?, es un reto pero podrás con ello. Y te repites en voz baja: sólo dame tiempo.

miércoles, 25 de julio de 2012

You are my Lion King.


What?

¿Qué se supone qué debo hacer? ¿me puedes contestar?. Tú tienes todas las jodidas respuestas a mis tortuosas preguntas. Es difícil seguir en pie cuando estás tan cansada de luchar y aguantar pero aunque a veces quieras rendirte tu corazón te obliga e insiste en persistir en la batalla. Es ese órgano que bombea sangre el que te prohíbe dejar de lado la obtención y búsqueda de lo que más quieres y amas.Y es llegado a este punto cuando confieso que es mi corazón el que me impide rendirme y dejar de luchar por ti. Mi jodido corazón me susurra "un intento más". Ojalá esto salga bien, ojalá vuelva s a mí y no se muera ese "nosotros". Porque amor, no se trata de que sea como antes, si no que con queremos debería bastar...y es que es así, si antes no salió bien, ¿por qué debería ser cómo antes?. Es más, nada más que por esa misma razón, debería ser mejor, mucho mejor.

viernes, 20 de julio de 2012

Me enseñaron...

Por desgracia nadie dijo que fuera fácil, pero tampoco tan difícil. Me educaron en que los imposibles no existen y que los sueños están para cumplirse. En que a pesar de la adversidad nunca puedes renunciar a aquello que amas, ni rendirte. En que el corazón es lo que vale y la razón nuestra armadura. En que si persistes y te esfuerzas quien la sigue la consigue. En que a la tercera suele ir la vencida...aunque a veces se necesitan más. En que Troya no se construyó en dos días. En que vale la pena esforzarse. Que lo que realmente vale la pena cuesta no sólo obtenerlo, si no mantenerlo. Que si deseas algo y luchas por ello lo acabas consiguiendo. Que vale la pena aguantar un poco más y que llorar no es de débiles, ni de cobardes; si no de personas que han sido fuertes durante mucho tiempo. Que no se olvida, se supera. Que el corazón sabe cual es el camino correcto. Que no vale hacer trampas. Que si el camino es complicado es porque es el indicado. Que el tiempo lo es todo y a  la vez nada. Que vale la pena sonreír. Y que a veces sólo necesitamos un poco más de tiempo para ganar.


You=Cute


viernes, 13 de julio de 2012

"La Mecánica del Corazón"

"Pues bien ese es un sufrimiento insignificante si lo comparas con el que puede originar el amor. Algún día, es posible que tengas que pagar un precio muy alto por todo el placer y la alegría que el amor provoca. Y cuánto más intensamente ames, más intenso será el dolor futuro. Conocerás la angustia de los celos, de la incomprensión, la sensación de rechazo y de injusticia. Sentirás el frío hasta en tus huesos, y tu sangre formará cubitos de hielo que notarás correr bajo tu piel. La mecánica de tu corazón explotará."

Mathias Malzieu.

lunes, 9 de julio de 2012

No voy a rendirme.

No. Una vez que has elegido tu camino, ¿vas a rendirte?, ¿en serio?, ¿ahora?, ¿después de todo lo que has estado aguantando y luchando para no caerte y conseguir lo que más deseas, vas a rendirte ahora?, ¿ahora qué parece que se dibuja una pequeña posibilidad en el horizonte?...No.

No has estado tanto tiempo aguanto para rendirte ahora...¿y sabes qué? yo tampoco. No llevo luchando tantos meses para coger y rendirme ahora. Me da igual que piensen el resto de personas, porque yo sé y tú sabes que soy la persona que más te conoce y que tu corazón aún sigue latiendo de forma oculta cada vez que me ves aparecer. Es evidente...me mandas señales, me mandas indirectas...luego intentas corregirlo pero cuando no lo piensas me haces ver la realidad...esa realidad escondida que ocultas a los demás. Siempre has sido así, siempre te ha gustado ser discreto, callado y no compartir tus pensamientos y verdaderos sentimientos...Pero...oh mi amor. Conmigo era diferente..., ambos lo sabemos...a mí me contabas tus problemas en casa, tu pasado, tus perturbaciones...conmigo eras diferente te mostrabas tal cual eras sin tapujos...Me amabas...Y ambos sabemos que aún sigue quedando algo de ese sentimiento en ti. Lo sabemos. Como dices tú: yo lo sé, tú lo sabes y ellos fingen no saberlo...Pero...nosotros que realmente nos conocemos, nos hemos amado, y aún seguimos queriendo al otro lo sabemos. Pienso hacer como dice la canción mi amor: Lucharé hasta recuperar cada instante que viví sin ti. Lo haré y ambos lo sabemos...NO VOY A RENDIRME. AHORA NO

Tienes que volver a dejarme entrar en tu vida, en tu corazón, en tu mente. Tienes que permitirme regresar a tu lado...y evidentemente tú tienes que volver al mío. Si quieres...dame permiso para ayudarte, para comprender tus dudas, tus miedos y tus inquietudes. Juntos sabemos que podemos luchar contra todo esto...ya lo hemos hecho antes amor...pero...¿a qué temes?. Hemos pasado muchas cosas juntos, sabes que te amo más que a nada, sabes que quiero cuidar de ti siempre y que quiero ayudarte a comprenderte...y a comprenderme...¿Sabes qué ocurre?...que "Sólo me reconozco cuando estás tú". Eres la otra mitad, eres la persona que se abrió hueco en mi interior y se apoderó de mi corazón. Por lo tanto, sólo TÚ, puedes rellenar ese hueco que crees que has dejado libre y lo único que hace es pedir a gritos que regreses a tu lugar. Que tu lugar está a mi lado, lo sabes, lo sé. Yo he visto esa parte de ti que nadie conoce, te he visto hacer cosas increíbles sólo por hacerme sonreír y sé cuanto me amabas...No finjas no sentir nada. Déjame volver al lado izquierdo de tu cama todas las noches y te prometo que te ayudaré y cuidaré de ti. Oh dios...Ambos sabemos que el otro es la persona con la que tenemos que estar...Yo lo sé...lo siento, ¿por qué?, no tengo ni idea pero lo siento. Mi mente, mi corazón...lo saben. Se han puesto de acuerdo porque ambos te necesitan...Y tú finges no saberlo. Dime que te echa para atrás...dime que te da miedo...dimelo, cuéntamelo todo como hacías antes y yo abriré mi corazón para ti. Pero vuelve...si hace falta y si me lo pides "le arranco el pasado al sofá". Pero tienes que permitirme hacerlo...tienes que dejarme que derrumbe esas murallas que rodean tu corazón...tú eres el candando amor..., yo soy la llave, déjame volver a entrar. Déjame volver a ser esa llave que abra la puerta que da a tu corazón. Déjame volver a hacerlo..no temas, cuidaré de ti. Pero...déjame hacerlo...Y si no...te aseguro que lo conseguiré, conseguiré recuperarte, y que volvamos a ser felices...Así que ten por seguro una cosa mi amor, no, no voy a rendirme.

miércoles, 4 de julio de 2012

"Sólo dame tiempo".


Miras. Vuelves a mirar a ambos lados. ¿Qué camino tomar?, ¿derecha o izquierda?. Ambos son apeticibles...pero irremediablemente uno te convence más, te llama más...susurra tu nombre y quieres tomar ese camino. Pero...lo miras, está escarpado, lleno de piedras y quizás cuando comiences a andar por él resbales o te caigas. Sabes que te vas a hacer daño, sabes que quizás te dobles un tobillo o te rompas una pierna por culpa de un socabón...Pero..quieres, quieres ir por la derecha. Sientes que es tu camino.

En cambio, miras un momento a la izquierda...Sonríes. Apenas hay obstáculos. ¿Por qué no tomas ese?...No...sabes que no. Sabes que ese camino no te va a dar la felicidad. Quizás algunos pequeños instantes y algunas sonrisas fugaces...pero no. Ese no es tu camino. Y sabes perfectamente porque no lo es. Sencillamente no sientes que sea tu camino. No sientes que sea el camino que debes tomar, ni tan siquiera se te pasa por la cabeza la mínima posibilidad de que ese sea tu camino. Pero...te gusta. Algo tiene ese sendero que te llama, te relaja y te tranquiliza...Pero no...el corazón te grita mil y una veces: NO!, ESE NO ES EL CAMINO. TOMA EL JODIDO CAMINO DE LA DERECHA IDIOTA!. Tu mente en cambio te hace pensar...te hace dudar, sobre que camino escoger. Y entonces...

Vuelves a mirar: derecha e izquierda. Izquierda y derecha. ¿Cuál es cuál?,  ¿cuál es el correcto?. No hace falta que nadie te conteste porque por un extraño sexto sentido sabes que el de la derecha siempre ha sido el indicado. Lo sabes con total seguridad desde que llegaste a ese cruce de senderos. Pero...sigues dudando, tu corazón comienza a acelerarse, empieza a bombear sangre a una velocidad frenética. Notas además, como unas gotas de sudor frío te recorren la frente y sientes un escalofrío desde el inicio hasta el final de tu espina dorsal. Ya está. No aguantas más. Comienzas a gritar...pides ayuda...pero no...Nadie acude a tu encuentro. Entonces, te desesperas, gritas, y gritas y rompes a llorar. ¿Dónde está ahora todo el mundo?, ¿Por qué nadie me manda una señal? ¿Derecha o Izquierda?..No...aguantas más. Te caes, hincas las rodillas en el suelo, escondes tu rostro entre tus manos frías y lloras. Derramas lágrimas de ansiedad, inseguridad, miedo y soledad. Poco a poco, notas como esa opresión de tu pecho se va liberando, a pesar de que te cuesta un poco respirar debido a los nervios y el llanto desconsolado. Pasan unos minutos, dejas de llorar, miras el suelo...Miras tus rodillas con la piel rasgada y pequeñas gotas de sangre por el impacto que ha supuesto que te dejaras caer al suelo. Empieza a picarte...pero el dolor de no saber que haces te supera. De ese modo el dolor físico queda en segundo plano. Suspiras y empiezas a respirar profundamente y de forma lenta. Coges aire y lo echas, y así un repetido número de veces. Cuando vuelves a notar que tus pulmones se recuperan, es entonces cuando empiezas a levantarte. Ignoras la suciedad de tu ropa y pasas de limpiarte. Pones la espalda recta, vuelves a respirar hondo y te limpias las lágrimas secas al mismo tiempo que te sorbes los mocos. Deslizas tus dedos por tu cabello y te apartas esos pelos rebeldes que te dificultan la visión. Entonces, te preguntas: ¿derecha o izquierda?. Después de la pregunta guardas unos segundos o incluso unos minutos de silencio. Vale. Sonríes. ¿Por qué sonríes?. Miras un momento hacia la izquierda y te despides con una mirada triste y un susurro casi inaudible...Luego te giras a la derecha..."Joder...es un camino complicado": piensas. Aún así...ya has empezado a caminar...hacia la derecha. Tu corazón sigue latiendo deprisa...pero está sosegado porque sabe que ha cogido el camino indicado. Será difícil y lo sabes, pero aún así, prosigues la marcha. Sabes que lo conseguirás, necesitarás mucho tiempo, pero, ese, ese es tu camino. El correcto. Lo sabes porque te lo dicta tu corazón. Entonces susurras en voz baja mientras camina con paso firme y con cuidado de no caerte: "Sólo dame tiempo."