viernes, 20 de julio de 2012

Me enseñaron...

Por desgracia nadie dijo que fuera fácil, pero tampoco tan difícil. Me educaron en que los imposibles no existen y que los sueños están para cumplirse. En que a pesar de la adversidad nunca puedes renunciar a aquello que amas, ni rendirte. En que el corazón es lo que vale y la razón nuestra armadura. En que si persistes y te esfuerzas quien la sigue la consigue. En que a la tercera suele ir la vencida...aunque a veces se necesitan más. En que Troya no se construyó en dos días. En que vale la pena esforzarse. Que lo que realmente vale la pena cuesta no sólo obtenerlo, si no mantenerlo. Que si deseas algo y luchas por ello lo acabas consiguiendo. Que vale la pena aguantar un poco más y que llorar no es de débiles, ni de cobardes; si no de personas que han sido fuertes durante mucho tiempo. Que no se olvida, se supera. Que el corazón sabe cual es el camino correcto. Que no vale hacer trampas. Que si el camino es complicado es porque es el indicado. Que el tiempo lo es todo y a  la vez nada. Que vale la pena sonreír. Y que a veces sólo necesitamos un poco más de tiempo para ganar.


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