miércoles, 15 de enero de 2014

Lo prometo.

En realidad estoy cansada, tengo sueño y ganas de descansar. Lo que menos me apetece casi a las tres de la mañana es escribir, pero necesito hacerlo. Tengo la necesidad de escribirte, porque sé que gusta cuando mis palabras van dirigidas a ti, cuando un trozo de mí queda plasmado en este texto. Porque sé que disfrutar con ello, y puede que incluso lo necesites. Y quizás…quizás así esté un poco más cerca de Granada y por consiguiente, de ti. No tanto como en tu cama esta misma noche, pero en una distancia que entre corazones no existe. Porque tú estás conmigo y yo estoy contigo, no nos vemos, pero nos sentimos. Nuestras almas se sienten.

Supongo que esto viene por el hecho de que extraño. Te echo de menos tanto, que hace una semana que no te veo y ya me estoy ahogando entre el abismo de tu ausencia. Esa estela de vacío que dejas en mí y mi vida cuando te toca marchar. Ojalá pudiera abrazarte y sentirte. Sentir tu piel y tu calor, tu respiración y tus labios. Sentirte completamente y no solo en el ámbito de la conexión que compartimos por los sentimientos que nos procesamos, si no el más y hermoso campo que conozco, tu cuerpo. Tu piel, tu piel y tu piel. ¿Hay mejor droga qué tu piel? La mejor manta tanto para el frío, como para el calor. Invierno o verano, todo con ella.

Quiero verte, quiero sentirte, besarte, acariciarte, morderte, lamerte, hablarte, pegarte, tocarte, montarte, masajearte, y todos los verbos que impliquen contacto contigo y pueda finalizar con un precioso “te”, que simboliza que una acción mía recae sobre ti. ¡Y que ganas qué tengo de que mi cuerpo recaiga sobre ti!. Que putas ganas de poder mirarte a los ojos y perderme en ellos. De acostarme contigo y despertarme también contigo, y no con un hueco tan feo en mi cama, que me resulta hasta grotesco y descortés.


En fin, me iré a dormir. Estaría bien la verdad. Me dormiré pensando en ti y me despertaré queriéndote a mi lado. Mientras que trascurre el tiempo hasta que volvamos a encontrarnos, seguiré pensando en ti día y noche, en todo momento. Sobre todo por las noches. Piensa tú también en mí, nos veremos pronto. Lo prometo. Te quiero.


No hay comentarios:

Publicar un comentario