miércoles, 4 de abril de 2012

"No puedo vivir sin tí"

Antes de comenzar con esta entrada he de decir que me he inspirado hoy gracias a el blog de mi amiga Aroa :3 : http://followthedestiny.blogspot.com.es/ . Por ello le dedico esta entrada con el corasón, el alma y mi cariño hacia ella♥. Podéis seguirla en twitter: https://twitter.com/#!/justourinfinite .


"Ella paseaba como cada atardecer por la orilla de aquella playa olvidada. Andaba sumida en sus pensamientos recordando viejos tiempos y preciosos recuerdos. Por un instante cerró los ojos, dejando que la brisa se apoderara de ella y la hiciera soñar. Sin querer terminó recordando como hacía unos meses caminaba por esa misma arena de la mano de él y como ambos eran felices por el amor que se procesaban el uno al otro. 


-Mierda...- susurró abriendo los ojos de golpe que sin extrañarle se le habían llenado de lágrimas en las que cada una de ellas estaba grabada la inicial de él.


Después del pequeño desliz de su mente prosiguió su camino, notando como la arena caliente acariciaba la suave piel de sus pies. Sonrió por aquel pequeño detalle que le regaló la vida en aquel instante y una vez más permitió que el aire acariciara su frágil cuerpo cansado y agotado por el dolor del corazón. 


-Es preciosa...- murmuró observando como las olas acababan rompiendo en la orilla y después volvían al mar. - Así es la vida...todo lo que viene, va...todo lo que va, viene...y hay veces en las que sencillamente el tiempo es la mejor medicina...- se calló y añadió - O no...-


Empezó a llorar, y a llorar y a llorar y a llorar. Las lágrimas se resbalaban una y otra vez por sus mejillas cayendo al abismo que se encontraba al no haber más piel. Vencida por la fuerza del amor y el desamor se dejó caer clavando las rodillas en la suave y limpia arena. El llanto le impedía respirar con facilidad, así que pronto se puso nerviosa y se abrazó así misma, queriendo terminar con aquel sin vivir que se había apoderado de ella desde hace cinco meses cuando él decidió decirle adiós. Desde ese momento pensarle, se había vuelto en una necesidad y recordarle en un alivio para la ausencia que había dejado en su vida. Si, había habido otros chicos, otros besos, otros brazos, otros cuerpos...pero...ninguno era el de aquel muchacho de ojos marrones que había conquistado su corazón desde un día de Septiembre.


-No llores más...- una voz rompió el sonido silencioso de la dificultosa respiración de la joven.


Ella no necesitó girarse para comprobar de quien era aquella voz que tantas veces le había susurrado mil y una palabras de amor al oído cada noche durante prácticamente seis meses; los mejores de su vida. En cambio, si necesitó girarse para comprobar que aquello era cierto y no otra alucinación más.


-¿Q-qué...hac-c..-es aquí?- intentó decir entre una serie de tartamudeos, nervios y las lágrimas que se agolpaban en sus ojos derramándose de forma alocada. Mientras él se acercaba y pensaba sus palabras, ella tuvo que llevarse la mano al corazón. Este latía de forma desbocada, de nuevo quería volver a reunirse con su dueño. 


-Pues...supongo que es ...más que evidente, ¿no crees?- le contestó con otra pregunta provocando en ella un nudo en la garganta fruto de la desesperación.


-Dimelo claro...no ... no quiero más mareos, vueltas...nada...¿Por qué has vuelto? y... encima aquí...pensaba que ya no recordabas este lugar...- dijo ella notando como sus palabras luchaban por salir de su boca a un ritmo acelerado, casi frenético.


-Claro que recuerdo este lugar...claro que te recuerdo...claro que me acuerdo como huele tu pelo o como me besabas al despertarme cada mañana...- su voz se iba resquebrajando conforme hablaba estaba apunto de echarse a llorar, pero solamente pudo acercarse a ella arrodillarse a unos escasos milímetros del cuerpo de ella y mirarla en silencio.


-...¿Qué me quieres decir con todo eso?- extrañamente encontró el coraje para poder articular una frase entera sin equivocarse. Cuando él se quedó enfrente suya, le miró con los ojos encharcados, estaba ahí...De nuevo, enfrente de ella, tan guapo...tan hermoso, más crecido y más adulto...pero sus ojos aún demostraban que seguía teniendo aquel rasgo infantil que tanto le encantaba.


- Que...Lo siento...he sido un gilipollas...- al decir esas palabras, ella le correspondió con una mirada confusa.


- Te amo.- le dijo sin más con una seguridad admirable y completamente segura de aquello.


- Y yo. - la misma seguridad que ella había empleado para declararse una vez más, él la había usado para decirle con extrema claridad que lo hacía.


-¿Y...por qué todo este tiempo?- fue lo único que consiguió preguntar antes de abalanzarse sobre el cuerpo contrario y comenzar a besarle.


-Por que necesitaba estar seguro...necesitaba ver como era la vida sin ti...y si realmente te amaba...al principio creí que si que podía vivir sin ti...y claro que puedo...pero no soy feliz...busqué otras mujeres, pero...ninguna era tú y encabezonado buscaba tus besos en labios ajenos...He sido un completo idiota...pero necesitaba ese tiempo...siento haberte hecho sufrir de este modo...entenderé que me mandes a la mierda...pero quiero que sepas que te amo...desde las pocas semanas que te conocí hasta ahora, nunca he dejado de hacerlo, NUNCA. Solo siento que hayamos tenido que pasar esto por una duda, y una estúpida inseguridad...- dijo mientras la besaba de forma entrecortada y acariciando con las yemas de sus dedos cada rincón del cuerpo de ella que había abandonado tiempo atrás. Sus dedos se pasearon por la espalda de ella, sus besos recorrían con ansia esa piel perdida y sus ojos luchaban por poder observarla mientras sus párpados insistían en cerrarse.


- Te amo idiota...no pienso mandarte a la mierda por que te amo, te necesito y no sabes cuanto te he echado de menos...me alegro de que hayas vuelto...pero...hazme un favor...- susurró abriendo los ojos y clavando su mirada oscura en la de él.


- Dime mi amor...- su mirada era firme pero a la vez cargada de amor. De nuevo allí estaban los dos.


- No vuelvas a marcharte.- le pidió acariciando con sus dedos temblorosos el rostro de la persona a la que más había amado y amaba en la faz de la tierra.


- No puedo prometerte eso...pero te prometo que si me voy, tú vendrás conmigo vaya, donde vaya, tú siempre estarás a mi lado, por que...¿sabes qué?...- la miró.


- ¿Qué?-


- No puedo vivir sin tí.-


- Ni yo.- le volvió a besar mientras el sol terminaba ocultándose y dando paso a una noche que prometía ser inolvidable.

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