sábado, 17 de noviembre de 2012

Medio lleno, medio vacío.

Hay veces en la vida en las que el vaso que hasta ese momento se encontraba medio lleno, acaba desbordándose e incluso en ocasiones resquebrajándose por el exceso de agua en su interior. Y es que no, no hay más espacio para más.

Los humanos somos como los vasos. Después de estar mucho tiempo aguantando, recibiendo menos de lo que se da y soportando un montón de gilipolleces, explotas. ¡BOOM!. Te cansas, decides intentar cambiar o por lo menos elegir mejor a las personas a las que vas a dar todo de ti, a quiénes un cuarto y a las que no les va a tocar nada.  Intentas tener más cuidado para saber en quien confiar y en quien no, o a quien estás dispuesto a creer e incluso poner la mano en el fuego por esa persona.

Sencillamente hay ocasiones en las que no aguantas más, tanta mierda, tanta falsedad, tantas palabras que se lleva el viento y tan pocos hechos…Te agotas psicológicamente y físicamente, porque es algo insostenible eso de dar un 100% y recibir un 3%.

Seguramente sabes a que me refiero porque has vivido algo parecido o  incluso estés en una situación familiar. Y es que yo llegada a este punto ya no creo a nada, y mucho menos a nadie. Me cansé de escuchar palabras vacías y solo quiero hechos con sentido. Y tú, ¿qué tienes el vaso medio lleno o medio vacío?



No hay comentarios:

Publicar un comentario