jueves, 16 de mayo de 2013

"Me enfrento a una legión de fantoches, miedo y ambición."

Supongo que los sentimientos son en parte los elementos que nos hacen humanos. El sentir que te estás aferrando a algo y por miedo a las posibles consecuencias y efectos negativos te intentas alejar y resguardarte en caso de tormenta. Pero, es curioso pues cuando intentamos huir es demasiado tarde. Ya no puedes marcharte o guardar las distancias como si no pasara nada, pues ya has caído y joder, que si has caído. Procuramos ponernos el chaleco antibalas cuando sabemos de sobra que nos han disparado y nos estamos desangrando.  Tocado.

Quizás, sea ese miedo irracional y a veces incontenible el que nos hace temer y abandonar las armas antes de iniciar la batalla. Porque cuando ya has fracasado más de una vez, tu creencia en la victoria se ha disipado, al igual que toda esperanza. Por eso mismo, intentas evitar el entrometerte demasiado, el inmiscuirte lo suficiente para que no salgas malparado de la situación o con una herida letal. Pero, como ya tú mismo es demasiado tarde y estás perdido. Eres tan cabezota que has esperado hasta el último momento, has bebido la última gota del vaso y ahora quieres fingir que no, que esa gota sigue ahí. Y para tu suerte o desgracia, ya estás dentro del juego.


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