jueves, 29 de agosto de 2013

El día que me enamoré por primera vez.

Recuerdo el día que me enamoré de ella. Solamente había sentido una atracción fatal de esa manera una vez, una sola vez. Fue de la anteriormente conocida, pero claro el hecho de que parte de mis raíces sean de allí podrían explicar ese enamoramiento. Pero, ella, ella era realmente especial. Me sentía como en casa cuando estaba a su lado, su aire era embriagador y la brisa marina me abrazaba con una suavidad…que cualquier humano podría envidiar. Se vestía de colores verdes y vivos, ella en secreto admitía que amaba su luz. Además, se bañaba en aguas puramente cristalinas que nada tenían que envidiar a otros lugares. Sus gentes, su familia y sus hijos eran personas hospitalarias y maravillosas. Los ojos azules campaban por allí a sus anchas y la música celta parecía escucharse en todos los rincones.


No sé como lo hizo, no sé como lo consiguió, solo sé que a partir de ese momento una parte de mi pequeño corazón se quedó con ella para siempre. Junto a Galicia, se quedó. 

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