viernes, 23 de agosto de 2013

Sensaciones después del sueño {1}.

La presión se cernía con ganas y ansia sobre su pecho. Aplastaba sus pulmones como si no hubiera mañana y asfixiaba a su corazón de  una manera brutal. Odiaba despertarse con esa horrible sensación después de lo que pretendía ser una siesta reparadora. La ansiedad de nuevo se cebaba con su respiración y el ritmo de su cardíaco órgano. Podía sentir como debajo de su piel, el pobre se retorcía e intentaba zafarse de esa emoción.

“Ayuda, Ayuda, Ayuda” eso gritaba con miedo y con desesperación. “¿Nadie pretende ayudarme?” Eso se preguntaba con angustia y observando al resto de órganos a los que parecía estar infectando con aquel dolor y malestar. Todos entonaban una triste melodía que acariciaba cada rincón de su organismo, sintiendo ella como uno a uno se iban uniendo hasta formar una gran coral.

Necesitaba respirar, pero el aire fresco que entraba desde todas cavidades de su hogar no mejoraban su ánimo. Le faltaba sangrar, para convertir aquello verdaderamente doloroso. Pasaban los segundos que trataban de convertirse en los minutos más largos de su vida hasta que de repente, suspiró. Suspiró profundamente y encontró algo de calma en la infernal canción que se oía a través de sus altavoces.


“Déjame descansar miedoso corazón”.

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